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Fantástico

Opúsculo dialogado, escrito en septiembre-octubre de 1311, durante el viaje de Llull desde París a Vienne del Delfinado, donde se había de celebrar un concilio general de la Iglesia. Ramón iba al concilio para solicitar la organización de una orden militar que combatiera a los infieles en Tierra Santa y la fundación de escuelas de misioneros. El clérigo Pedro, con quien se mide Llull, es un contrincante invencible, alguien que jamás aceptará sus puntos de vista. Pedro, en efecto, va al concilio para obtener beneficios para él y para su familia: es un hombre con los pies en el suelo y que quiere ascender en la escala social. Este modo de actuar repugna al laico Ramón, que ha dado toda su hacienda y su vida para enaltecer el honor de Dios. Ramón considera que la actitud de Pedro es una perversión moral; Pedro piensa que Ramón está loco, que es lo que quiere decir el término medieval ‘fantástico’.

Una vez se han presentado los dos personajes, Ramón propone una discusión sobre la fantasía, es decir la locura, regida por unas reglas que consistirán en debatir el asunto desde cinco puntos de vista: el concepto de fantasía, las cuatro causas del ser, el honor, la delectación y el orden. La conclusión del diálogo es desoladora, porque Pedro se va convencido de que Ramón es un insensato, y Ramón cree que el pecado de Pedro no tiene remisión.

La importancia de esta breve obra reside en la capacidad de Llull de reportar con nitidez la opinión negativa que tenían de él sus adversarios, a la vez que trabaja en una eficaz propaganda de su proyecto intelectual y espiritual.