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Libro de amigo y amado

La primera sección de la quinta parte del Libro de Evast y Blaquerna está constituida por una colección de ‘metáforas morales’, es decir aforismos de contenido religioso, que expresan la experiencia contemplativa del protagonista una vez se ha convertido en ermitaño. La redacción del Libro de amigo y amado tiene un pretexto didáctico en el capítulo 97 de la novela: algunos discípulos piden al maestro Blaquerna que les enseñe su método de elevación espiritual y él, recordando la extraordinaria devoción de los místicos musulmanes llamados sufíes, decide condensar en tantos versículos como días tiene el año un destilado conceptual y literario de su vida dedicada al amor a Dios.

La última edición crítica del Libro de amigo y amado muestra que el número de versículos no se corresponde exactamente con el de los días del año. Es un detalle menor que nos indica el carácter ‘práctico’, es decir especulativo y poético, de la compilación; en la quinta parte del Blaquerna va acompañado, en efecto, de un tratado teórico, el ‘Arte de contemplación’.

Los aforismos del Libro de amigo y amado no siguen ninguna organización temática y presentan diversos recursos literarios: diálogo, cuestión, descripción, definición, narración. El tema central es la relación del hombre religioso, el amigo, con el ser trascendente, el amado, a la luz del vínculo que los une, es decir, el amor.

El Arte de Ramón, que es inventiva, demostrativa, contemplativa y también ‘amativa’, explica cómo funciona técnicamente el proceso de búsqueda de Dios: por eso una parte importante del Libro de amigo y amado está destinada a glosar el comportamiento de las tres potencias del alma racional (entendimiento, memoria y voluntad) en el salto amoroso de la criatura al creador. Otra parte de los versículos propone reflexiones sobre la esencia divina: las dignidades, la Trinidad, la Encarnación, siempre desde el lenguaje preciso del Arte de Ramón. El opúsculo tiene, pues, tras la aparente dispersión de sus motivos literarios, una sólida estructura de pensamiento y una estricta coherencia en lo que se refiere al sentido de la unión mística: el intelecto abre el camino de la comprensión de Dios, pero la voluntad que ama es quien empuja al amigo, si la memoria no olvida al amado.

Los aspectos más famosos del Libro de amigo y amado son los que describen el papel (siempre secundario) de las criaturas (sol, estrellas, nubes, pájaros, caminos...) en el estímulo del amor a Dios, y el estado emotivo del alma enamorada, atormentada por el deseo, el olvido, la pena, la búsqueda, la añoranza y el lloro. Es aquí donde Ramón se hace eco de temas de la poesía amorosa universal, desde el Cántico de los cánticos a los trovadores occitanos, siempre desde la peculiar perspectiva del impulso hacia lo trascendente. No es fácil precisar los paralelismos con la gran literatura mística sufí, del mismo modo que se desdibujan los posibles préstamos de la tradición judeocristiana. Las formulaciones que Ramón propone para los antiguos motivos de alcance universal son poderosamente personales.

Véase: Ramon Llull, Llibre d’Amic i Amat, ed. Albert Soler i Llopart, “Els Nostres Clàssics. Col·lecció B” 13 (Barcelona: Barcino, 1995), 310 pp.